Canastico pequeñito
diminuta fantasía
eres el niño bonito
hijo de la artesanía.

Cuántos recuerdos florecen
de las plazas campesinas
Cuántos afectos se crecen
recordando a las vecinas.

En vestido dominguero
de flores y pañolón
canasto en mano primero
cerraban bien el portón.

Luego el camino cogían
a la plaza de mercado
y a su canasto metían
de todo para el recado.

Frutas, yuca, papa, clavos
para el guiso cebollita
tomates y algunos nabos
para meter en la ollita.

En la tarde y de regreso
algún muchacho ayudaba
porque era tan grande el peso
que este canasto llevaba.

Una vez que descargaba
el mercado que traía
a la despensa llegaba
y así terminaba el día.

Es por eso canastico
que no te puedo olvidar
ya seas grande o chiquitico
siempre te voy a adorar.