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LA FAMILIA


La familia es un núcleo cerrado de existencia involuntaria. La componen lazos de sangre y con ellos debemos seguir siempre mientras dure la vida. Nadie nos preguntó si queríamos llegar allí, si podíamos escoger este o aquel familiar y menos si algún día nos podríamos marchar dejándolos abandonados. Con ellos unas veces somos inmensamente felices, otras, la tristeza y el rechazo nos llevan a renegar del parentesco. Sin embargo, es la familia el único refugio en el mundo que nos permite encontrar, en los momentos más difíciles, un abrazo de corazón sincero.
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AMOR DE PAREJA

Cuando realmente se encuentra el alma gemela, se inicia un viaje de vida verdaderamente feliz. Se comparte cuerpo y alma en placeres y tristezas, en logros y desaciertos, en luchas y adversidades. Sus corazones son capaces de latir al unísono en renuncia de individualidad y ejemplo de verdadero amor.
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CORAZÓN DE MADRE

Los hijos son la más sagrada esencia de la sangre. Cuando su corazón late por primera vez, el de la madre deja de latir en solitario.
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EL AMOR

El amor es la única panacea que existe para cualquier estado vulnerable del ser humano. Viene en diferentes presentaciones, dosis y aplicaciones. El más eficiente y poderoso en la tierra es el amor materno y paterno. Nutre desde el primer momento de vida y dura hasta la muerte. Sus poderes son tan grandes que cubren desde la más pequeña herida hasta el mas grande dolor y lo mas importante, su dosis nunca se agota. Por eso viene en receta eterna.
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LAS ALAS DE TU ANGEL

A tus brazos de madre enternecida
envió el Señor un ángel muy amado
te encargó su custodia y su cuidado
te dio ese don a pocos concedido.

Cuidaste de él, como el Señor quería.
Durante sus trece lunas bendecidas,
fuiste también en su dolor su ángel
escondiendo el dolor que tu sentías.

Una mañana, de sol resplandecida,
ese niño de amor que tu adorabas
por designio mayor emprendió el vuelo
hacia Dios que en el cielo lo esperaba.

Pero antes de partir al viaje eterno
como acto de amor, dejó sus alas
las dobló con cuidado y en silencio
con un beso de amor las hizo tuyas.
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ROBAR UNA ESTRELLA

Olvidar un lugar
andado tanto,
querer volver de nuevo
algún día,
llevarse en la nostalgia
los caminos,
un paisaje,
o el rostro
de un amigo.

Contemplar en la noche
las estrellas
y quererse robar una,
la mas bella,
guardarla para si
y en el secreto
tan solo al corazón
darle el motivo.

En la ley del regreso,
algún día,
tendrás que devolver
al infinito,
esa estrella robada
en esa noche
y al igual
que Margarita Debayle
ayer lo hiciera,
desearás retenerla
para siempre.

Se que volverás
en otra noche
ungida igual que hoy
por la nostalgia.
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NO ME MANDES UN EMAIL

No me mandes un email, que sea una carta
en impecable sobre con mi nombre,
manuscrita en tu letra, la cursiva,
con mis datos de destino,
ciudad, país, carrera y calle.

En la esquina derecha, imperativa,
una estampilla del lugar de origen,
con la cara de un rey o una leyenda,
un paisaje o un héroe de la historia.

Quiero sentir mi corazón latiendo
cuando el cartero hasta mi puerta llegue
anunciando con su pito una remesa,
y del fondo de su gran maleta,
escoja entre las muchas remisiones,
la carta que me envías desde lejos.

Luego ya mía, en un lugar tranquilo,
abriré con cuidado sus orillas
y entre las líneas de la blanca esquela,
sabré de ti como anhelar quisiera.

Una y más veces leeré de nuevo
lo que me cuentas de tu vida lejos,
cuanto me extrañas, cuanto me recuerdas,
y como quisieras regresar de nuevo.

En una gaveta con otras de antaño,
guardaré tu carta para releerla,
en otra mañana cuando la nostalgia,
vuelva de repente acosando al tiempo


Los días pasarán y en esa espera,
otras cartas vendrán mientras regresas,
muchas serán, pero esta que es la tuya,
guardaré para siempre en mis afectos.

No me mandes un email, que sea una carta.
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LAZOS ETERNOS

Pon tu mano en mi mano.
Te invito a continuar
por el sendero claro
de la vida que fluye
por nuestro amor presente.

Te invito a caminar
senderos señalados
por frescas mañanas
cargadas de rocío,
mediodía de sol
ardiente en plenitudes
y soleadas tardes
bañadas de paisajes.

Pon tu mano en mi mano.
Desde ahora y por siempre
será el puerto seguro
para guardar tus sueños,
también de las tristezas
que vienen con las lluvias
cuando el invierno llega
sin avisar siquiera.

Con tu palma en mi palma.
Las líneas de la vida
confundidas en una
cumplirán su destino,
será un sello de honor
para siempre cumplido
con mi amor en tu amor
y tu amor en mi vida.
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PIURA CIUDAD SOL


P iura, ciudad sol del mar pacífico
I nigualable joya del Perú
U ngida por las huellas de la gloria
R etienes la memoria de la historia
A través de la efigie del Tallán

Tus calles serpenteadas de algarrobos,
tus casas de herencia colonial,
tus hijos de nobleza inigualable,
al visitante hogar y amor le dan.

Como olvidar tus bailes, el tondero,
la marinera altiva y señorial,
tu comida, el seco de Chavelo
y otros frutos que la mar te da.

Tus artesanos forjan la memoria,
de una raza en el arte creativa,
son sus manos la magia que conserva
la huella de la historia primitiva.

Como olvidar a Piura, a las personas,
a los niños de alma transparente,
a los maestros orfebres de la mente,
a los amigos los de hoy y siempre.

A las poetas que cantan a la vida,
con la pasión urdida de la historia.
En sus voces reviven cada instante
El paso de Manuela y de su gloria.

Cómo olvidar a Piura, es imposible,
cuando el alma prendida del recuerdo,
vuelve de repente a la memoria,
pronunciando tan solo un hasta luego.
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EL ESPEJO LUMINOSO


En un anticuario de la vieja Habana,
sobre una vitrina lucía un espejo.
Era pieza única en bronce, muy viejo,
memoria presente de un ayer lejano.

A pesar del tiempo y el cobre roído,
erguido en su base el espejo antiguo,
reflejaba el paso de selectas damas,
con besos de luz tocaba sus almas.

La bella pintora, quien a los espejos,
lucía en su casa, muchos por doquier,
pensando en su amiga escogió la pieza,
detalles sentidos que da la amistad.

Hoy el viejo espejo no muestra los rostros,
de negras mulatas ni damas altivas.
Cruzando los mares llegó a la montaña,
son otras las caras que su luz cautiva.

Me miro en su luna y el espejo ansioso,
habla de antaño, del tiempo primero,
de manos de orfebre bruñendo el encaje,
que marca el objeto con gracia y con arte.

Debajo del bronce que cubre la base,
se muestra una firma y un sello de clase.
Fue única pieza, quizás un encargo
y el artífice deja en ella su huella.

Las caras que veo en el tiempo idas,
hablan de mujeres de belleza extrema.
Las niñas naciendo a las vanidades,
las ancianas madres muriendo en edades.

Oigo los repiques de viejas campanas
que anuncian al pueblo la revolución.
Ya no existen lujos, se fueron las glorias,
de opulentos tiempos, es otro el clamor.

Entonces el viejo espejo que un día,
luciera orgulloso en el tocador,
queda así escondido en una gaveta,
oculta su imagen, se apaga su luz.

Talvez en amago día de premura,
la dueña lo saca del viejo cajón,
mirando el reflejo de su triste rostro,
se dispone a darlo al mejor postor.

En el anticuario muy seguramente,
manos indecisas lo vieron brillar,
pero fue mi amiga de hoy y de siempre,
quien en el destino lo debía comprar.

Como gran tesoro guardo este regalo
que en tiempo futuro me ha de acompañar.
Será el testimonio de amistad sincera,
por siempre en recuerdo lo he de conservar.
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HIJOS DEL SOL


Todos somos
hijos del sol.
Del sol naciente,
del creciente,
del ardiente mediodía
y del agónico rayo
que se niega
en la tarde fría
a claudicar a la noche
su rezago de vida.

Nosotros,
los valientes hijos
de la llama roja,
altivos ante el mundo,
cautivos de la suerte,
viajamos en el tiempo,
en la era presente,
detrás de un infinito
quizás inexistente.

Y en ese batallar
de muerte y vida,
nosotros,
sus hijos predilectos,
recibimos del sol
potentes fuerzas.
Somos rayos de luz,
fuente creciente,
esplendor de vida,
corazón candente.

Nosotros,
herederos de luz,
llama perenne,
somos
los hijos del sol,
amor viviente.
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El SOL DE LA PATRIA



Hablando de la patria, cómo duele
mencionar tantas lágrimas vertidas,
tanto dolor, tantas heridas,
abiertas por el odio y la rencilla.


Cada rincón de nuestro suelo amado
se encuentra agonizante mientras viva,
la violencia enraizada en las esquirlas
de la bala certera y asesina.


Pero entre tanto, el sol sigue saliendo,
dando a la espiga el maduro fruto,
a los campos su hora de cosecha,
al suelo fértil su mejor semilla.


El mar, los ríos, lagunas y quebradas,
serpentean los campos y las costas,
agua vital y por igual vertida,
es para todos por igual la vida.


El campo de la patria ansioso espera
que regrese su dueño a la parcela,
para abrir en los surcos la esperanza
de un claro amanecer, de un nuevo día.


Los hombres, las mujeres y los niños,
claman la paz en el ayer perdida,
del campo a la ciudad piden la vida,
se niegan a ceder esta partida.


A pesar de ese dolor de sangre y muerte
que amanece triunfante cada día,
otro sol con más fuego y mas ardiente,
vierte en su luz , inigualable guía.


Es el sol de Colombia, la más grande,
la que nunca se vence a la desgracia,
la que renace de amor a cada instante
para lograr la paz tan anhelante.


Colombia del café y de la bonanza,
Colombia del amor y la esperanza,
resurge del dolor, del infortunio,
reine la paz en tu regazo, ¡Oh madre!
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Simón José Antonio Bolívar Palacio
cuando era niñito solía jugar
con los soldaditos de plomo que un tío
el día de su santo le quiso regalar.

Todos en filita muy bien formaditos
los puso Bolívar listos a marchar
y el con su caballo de palo tras ellos
siempre ordenaba ¡no volver atrás!

Simón José Antonio Bolívar Palacios
creció anhelando poder libertar
a su tierra amada que vil sometida
sufría del yugo de la esclavitud.

Siendo ya un gran hombre Bolívar
conformó su ejército de la libertad.
El con sus soldados marchaba valiente
y les ordenaba ¡ no volver atrás!

Simón José Antonio Bolívar Palacios
a cinco naciones dio la libertad
y un legado a todos dejó en el recuerdo
¡para siempre ser libres, no volver atrás!
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EL NIÑO GRAU

El niño Miguel no quiere jugar
con ese ringlete que suele girar,
por eso requiere le enseñen armar,
un barco de vela que lo lleve al mar.

Su sueño, es el sueño de un niño marino;
los juegos, regalos que le trae el mar.
Con olas que cantan nanas de destino,
la mar lo requiere para navegar.

Bajo el algarrobo que crece en su patio,
su padre le cuenta historias marinas;
hablan de batallas, del orgullo patrio,
de las caracolas y las ocarinas.

El niñito Grau corre por la arena
del puerto de Paita, buscando su pena.
No sabe que un día ese mismo mar,
le dará su lecho para descansar.

Grau Seminario, señor almirante,
sus sueños de niño hizo realidad;
héroe en las olas de ese mar gigante
entregó su vida por la libertad.


El niño Miguel sí quiere jugar
con todos los niños que anhelen soñar,
y en un gran abrazo que lleve amistad,
tejan la cadena de paz y hermandad.
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LA CUNITA DE MADERA


Montados sobre un burrito
la Virgen y San José,
van en busca de un refugio
hacia el pueblo de Belén.

Una cunita en madera
para acostar al bebé
lleva el burro en su costado,
es hechura de José.


La noche muy estrellada,
ilumina su camino,
los pastores a su paso
les indican el destino.

Tocan las puertas del pueblo,
nadie acude a su llamado,
tan sólo son forasteros,
extraños en los senderos

En un humilde portal
se acomodan presurosos,
el niño está por nacer,
sus padres están dichosos.

Acomodan la cunita,
la llenan de finas pajas,
la Virgen alista el manto
que ha de arropar al bebé.

Una estrella luminosa
resplandece el firmamento
y se detiene en la cuna
para anunciar el momento.

El buey alista su aliento
para darle su calor
y los otros animales
se unen a este fervor.

Una estrellita muy blanca
sus rayos le regaló
al niñito más hermoso
que jamás nunca nació.
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EL BARQUITO DE PAPEL

En el cauce del riachuelo
va un barquito de papel
muy presuroso en el agua
y el viento corre tras él.

Hay en su vela un dibujo,
en su mástil un esfero,
y en su proa los renglones
de un cuaderno de colegio.

En este barquito viajan
ancladas las ilusiones,
y los inocentes sueños
de mi niño marinero.
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MI AMIGO FIEL

Tengo un amigo muy fiel,
es mi perro, mi guardián.
Siempre atento y cariñoso,
obediente y muy juicioso.

Cuando del colegio llego
en la puerta ya me espera
y cual si fuera un soldado
a mi lado allí se queda.

Es mi perro un gran tesoro
a quien siempre cuidaré
y mi cariño y afecto
por siempre le brindaré.
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CARACOLA Y CONCHA

La señora ostra y la caracola
como dos amigas llegan por la ola,
a la suave playa para descansar
de tantos vaivenes que les trae el mar.

Con su blanca concha y una perla fina
la ostra desfila muy envanecida
y la caracola su caparazón,
muestra mucho orgullo, con mucha razón.

Al caer el día ya muy cansaditas,
regresan al mar las dos amiguitas.
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LA GALLINA PIROPA

Soy la gallina doña Piropa,
muy elegante voy con mi ropa.
Por el camino, por el corral,
a todos digo: ¡Hola qué tal!

Son mis hijitos los piropitos,
bufandas blancas, rojos gorritos.
No se parecen en nada a mí,
pues todos dicen, pío, pío pi.

Por las mañanas mi esposo canta,
para avisarnos que sale el sol.
Pasó la noche, se fue el reposo,
es otro día que da el Señor.

A mis pollitos levanto presto,
muchas plumitas hay que lavar.
En agua fresca de la quebrada,
nuestras alitas a remojar.

Voy de paseo con mis pollitos
y en el camino me he de encontrar,
a mis amigas, otras gallinas,
que también viven en el corral.

Es la Chirosa mi gran amiga,
muy despeinada siempre la ves,
no le han valido peines ni hebillas,
sus plumas tiene siempre al través.

La Paturrita, la más chiquita,
sus patas cortas tuvo al nacer.
Nos agachamos para escucharla
y ella se empina para crecer.

Se me olvidaba la Saraviada.
Sus plumas siempre son bicolor,
grises y blancas, no está pintada,
ni se destiñe con el calor.

Pero la tarde se está acabando,
esta es la hora de regresar.
¡Vamos pollitos! ¡Adiós amigas!
Nos disponemos a descansar.

Abro mis alas a mis pollitos,
un, dos, tres, cuatro, todos están.
Muy calientitos mis piropitos,
sueños muy dulces siempre tendrán.
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¡VÁMOS VIENTO!


- ¿Cuánta agua, dime, hay
para llegar hasta el mar?
Cuántos días, cuántas noches,
cuánto tiempo, dime, hay?-

- ¿Para qué quieres barquito
tan lejos allí llegar
si en el charco de tu patio
navegas en sana paz?-

- Es la nube, me ha contado
que corre presta al mar,
donde existen grandes barcos
que navegan al azar.
¿De dónde vendrá la lluvia?-

- La lluvia, barquito necio,
es el llanto de otra nube
que se quedó despidiendo
a la que a la mar se fue .
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FELIZ AMANECER


-Hola buenos días, mi niñito Dios-
¿Cómo amaneciste?
-Muy contento hoy-

Porque esta mañana al salir el sol,
llegó a mi ventana un ruiseñor.
Con su trino alegre vinieron las mirlas,
muchos petirrojos, cardenales rojos
y a los copetones, los más comelones,
les di la comida muy bien repartida.

Luego a mi mamita también desperté
y con mis besitos yo la levanté.
A mi papi a cambio un beso cambié
por una cosquilla que me hizo en el pie.

Después de tomar un rico desayuno,
al colegio alegre llegué de primero
y a mi profesora a quien tanto quiero,
una rosa blanca puse en su florero.

Luego a mis amigos, fieles compañeros,
un abrazo grande también yo les di.
Jugamos, leímos, cantamos, reímos.
¡Qué lindo tesoro ser amigo así!

Gracias, muchas gracias mi Niñito Dios,
por tantas bondades que a diario me das.
No olvides enviarme al salir el sol,
en todos sus rayos una bendición.
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EL PALACIO DE CRISTAL


En el parque del Retiro
de Madrid, ciudad de España,
existe un lago tranquilo
en el centro del lugar.

Un palacio de cristal
por dos cisnes custodiado,
habla de cuentos pasados
y de un misterio narrado.

Es un palacio muy bello,
como el aire transparente,
imponente cual el cielo,
en su luz resplandeciente.

Sus cristales azulados
reflejan toda su historia.
Una reina blanca y suave,
un rey altivo y ausente.

Soldados siempre leales
con sus ballestas armados,
cuidando el puente colgante
de los peligros latentes.


Si te acercas, los reflejos
de cristales sobre el agua,
dejarán ver a las hadas
con sus varitas de luz.

Cada una con su magia
un cuento te contará.
Cada una con su gracia
un poder a ti dará.

Si allí llegas, muchos gnomos
en su oficio encontrarás.
Son obreros de la reina
que trabajan sin parar,

No descansan hasta tanto
ellos puedan terminar
el espejo mas perfecto
que refleje la verdad.

Mientras tanto que eso pase,
la reina oculta estará,
un espejo ella requiere
para poderse mirar.

Si ese lugar tú visitas
no te asombres si no encuentras
ni el espejo, ni este cuento
que te acabo de narrar.


Cada cual abre una historia
cuando la magia se da.
Cada cual si hace memoria
su fantasía tendrá.

En el parque del Retiro,
dejé un palacio dormido
y en la magia de su encanto
mi corazón escondido.
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¡CÓMO LE PARECE…!

¡Cómo le parece, señorita pulga!
que si yo fuera tal como es usted,
yo no picaría a mi amigo el hombre,
le haría cosquillas así por doquier.

¡Cómo le parece, señor elefante!
que si fuera larga mi nariz así,
olería las flores del árbol gigante,
bañaría a los niños con agua fragante
y haría para ellos un gran tobogán.

¡Cómo le parece mi señor minino!
que si yo tuviera cojín en mis pies,
sería declarado el máximo atleta,
iría volando y cayendo en tierra,
subiendo y bajando una y otra vez.

¡Cómo le parece señora lombriz!
que si arrastrarme pudiera en el piso,
sería un detective y entraría en la tierra
a ver en secreto donde llega el fin.

¡Cómo le parece mi amiguita lora!
que si yo hablara como lo hace usted,
mucho aprendería de tantos idiomas
sin siquiera un libro coger a la vez.

¡Cómo te parece dulce pajarito!
que si yo trinara así como tú,
sería el cantante famoso del mundo
y madrugaría como lo haces tú.

¡Cómo te parece amigo pescado!
que si yo nadara así como tú,
iría a los lagos, mares y quebradas,
de aquí al polo norte y de allí al Perú.
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A LA MAR

Si vas a la costa tienes que llevar,
una red muy blanca y dedos de cristal.
Si vas a la playa debes empacar,
tus mágicos sueños para navegar.

Verás caballitos, estrellas de mar
y mil caracoles así desfilar.

La señora concha te regalará,
las perlas más blancas de su gran collar.

Las darás al aire, serán los luceros
y tú el escudero de tan gran tesoro,
las tendrás de veras para tu mamá.

Si vas a la costa seguro hallarás,
un mar tan tranquilo que te hará callar,
mas luego sus olas tan altas serán,
que ni tus manitas arriba verás.

Si vas a la playa me has de traer,
una caracola con agua de mar,
una estrella roja, un brioso corcel
y todos tus sueños montados en él.

Ve, pues, mi niñito, que yo iré después,
cuando tú me cuentes cuan bello te fue
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MIS ZAPATOS NUEVOS


Esta mañana a mi colegio
mis zapaticos nuevos llevé,
pero a la tarde y a mi regreso
feos y opacos los observé.

¡Si estuve atento a las lecciones!
¡Si en el recreo luego jugué!
y mis zapatos siempre estuvieron
acompañándome por doquier.
¿Qué pasó entonces? ¿En dónde fue?

Tus zapaticos mucho jugaron
y se gastaron con el balón.
¿Recuerdas cuántos goles metieron
otras carreras y un resbalón?

Mas no te afanes, tiene remedio,
muy pronto nuevos tú los tendrás,
si con cepillo, betún, un trapo
y mucha fuerza, lustre les das.

Oh! mis zapatos ¡Cómo han quedado!
Otra vez nuevos los veo yo.
Listos, muy listos los he guardado
para mañana… ¡darle al balón!