Para usted poder servir
una comida casera
no requiere de un mantel
muy fino ni bien bordado.

Un mantelito sencillo
de casa muy bien lavado
con los cubiertos de diario
y los platos de ordinario.

También le caben las flores
en florero improvisado
y servilletas sencillas
para atender al untado.

Cuando se llame a comer
ya lista estará la mesa
con sopa y seco ha de ser
y dulce de sobremesa.

No cuenta aquí la elegancia
ni tampoco la abundancia
lo que importa es el amor
que se da en el comedor.