De mi libro"Querida Sobrina"
GRACIAS QUERIDA
SOBRINA Carta veintitrés
Esta carta te la escribo no como de costumbre para
pedirte encargos y favores. Te la envío para agradecerte precisamente por
haberme acompañado en esta travesía de la memoria, que nos permitió a ti y a mi
en el imaginario y en una entrañable
complicidad, ir y venir como en un juego, de ayer a hoy, por los recuerdos y
costumbres de nuestra cuidad, amigos y
familia. Creo que no obstante lo extraño para ti de los nombres y palabras
usados en otros tiempos y aún hoy, pudiste comprender el valor de aquellas
reminiscencias tan cercanas a nosotros.
También como a ti, agradezco a mi esposo, mis hijos demás familiares y amigos quienes
con sus pedidos alimentaron con marcado interés los recuerdos de nombres y
circunstancias que yo ya había olvidado .Ellos, con su buena memoria me hicieron muchas veces retroceder en el
tiempo para encontrarme con hechos ya olvidados y en forma paciente me escucharon y corrigieron varias veces las
crónicas escritas.
Y como se que me vas a contestar, te hago un último
pedido que saco como de costumbre de mi cuaderno de notas:
NO ME
MANDES UN EMAIL
No me mandes un e-mail,
que sea una carta
en impecable sobre con
mi nombre,
manuscrita en tu
letra, la cursiva,
con mis datos de
destino,
ciudad, país, carrera
y calle.
En la esquina derecha,
imperativa,
una estampilla del
lugar de origen,
con la cara de un rey
o una leyenda,
un paisaje o un héroe
de la historia.
Quiero sentir mi
corazón latiendo
cuando el cartero
hasta mi puerta llegue
anunciando con su pito
una remesa,
y del fondo de su gran
maleta,
escoja entre las
muchas remisiones,
la carta que me envías
desde lejos.
Luego ya mía, en un
lugar tranquilo,
abriré con cuidado sus
orillas
y entre las líneas de
la blanca esquela,
sabré de ti como
anhelar quisiera.
Una y más veces leeré
de nuevo
lo que me cuentas de
tu vida lejos,
cuanto me extrañas, cuanto
me recuerdas,
y como quisieras
regresar de nuevo.
En una gaveta con
otras de antaño,
guardaré tu carta para
releerla,
en otra mañana cuando
la nostalgia,
vuelva de repente acosando al tiempo
Los días pasarán y en
esa espera,
otras cartas vendrán mientras
regresas,
muchas serán, pero esta que es la tuya,
guardaré para siempre
en mis afectos.
No me mandes un
e-mail, que sea una carta