De mi libro"Querida Sobrina"
RICAS ONCES- ENVUELTOS,
CHOCOLATE -Carta diez y nueve
Querida sobrina:
El próximo viernes, Dios mediante, debemos atender una
invitación que tu tía abuela nos ha hecho. Se trata de unas onces en su casa
con motivo de la hechura de los tradicionales envueltos de mazorca. Muchos son
los preparativos que para esta ocasión se hacen y como siempre para que todo
salga a “pedir de boca”, debemos colaborarle .Así que los encargos son muy
especiales.
En primer lugar, deben estar pendientes del carguero de
la plaza para que traiga el bulto de mazorca. Dile a Dionisia que escoja las
mejores y mas granadas y reserve las mas
duras para hacer otro día una mazamorra. Deben tener cuidado al quitarles el
amero para no romperlo y así pueda albergar bien la masa. A las niñas diles que
se dediquen a desgranar las mazorcas y a los muchachos, que muelan los granos
en el molino corona . Una vez, terminado este procedimiento, pueden preparar la
masa. Se requiere mantequilla, azúcar y mucho queso, de preferencia cuajada.
Luego se coloca cada porción en el amero y se entorcha siguiendo la curvatura
que da la hoja. Finalmente se hace un doblez hacia adentro. Mientras tanto la
cocinera habrá hecho una cama en la olla con las tusas de las mazorcas y echará
suficiente agua para poner a hervir los envueltos. Ya verás el aroma tan
exquisito cuando lleguen a su punto.
Para acompañar los
envueltos no hay nada mejor que un delicioso chocolate santafereño y para ello,
es imprescindible seguir las recomendaciones del escritor costumbrista ,José María
Vergara y Vergara en su libro “Las Tres
Tazas”. Aun cuando hoy no se muele el cacao en casa ni se
humedece con vino y canela aromática, se requiere como el recomienda, que una
vez colocadas las pastillas en el agua hirviendo ( dos por jícara) se espere a
otros dos hervores para batir el chocolate con el molinillo para lograr los
visos de oro y azul. Es entonces cuando el chocolate exhala un exquisito aroma
y está listo para servir.
Mientras tanto ya habrán llegado los otros tíos, primos y
demás familiares quienes no se perderán esta
tradicional reunión. Para entonces la mesa deberá estar como de
costumbre, bien puesta y servida además de los envueltos con otros manjares de
acompañamiento: Quesillo de hoja o en su lugar de Paipa. También de esa región
almojábanas y garullas y de la panadería de la esquina, crujiente pan y
colaciones. Los aromas y sabores de esas ricas viandas se mezclarán con las
cálidas voces y tertulias que harán inolvidable en el recuerdo estas tardes
familiares. No puedes faltar y te aseguro que yo tampoco. Besos,
DEL CUADERNO DE
APUNTES
EL MOLINILLO
Bate que bate mi chocolate
mi chocolate, bate que bate
nunca es el mismo chocolatillo
sin el batido del molinillo
Como me llega el fino aroma
del chocolate a punto de hervir
y el molinillo pronto se asoma
para gustoso poder servir
Mil volteretas, gira y mas gira
hasta que espuma hacer subir
mientras la olleta feliz lo mira
y el chocolate comienza a hervir
Era al principio, blanca madera
después del uso, negro quedó
fueron los besos del chocolate
que en su batido color le dio
Bate que bate mi chocolate
mi chocolate, bate que bate
nunca es el mismo chocolatillo
sin el batido del molinillo
Diana de los ángeles Torres de Ospina