PARA CLARITA , LOS MAESTROS Y LOS ALUMNOS DEL COLEGIO NIÑO JESÚS

Silencio,

dejadme escuchar

las voces del propio silencio.

No quiero que otras ajenas

invadan el eco de frescas mañanas,

cargadas de risas, de cantos y rondas.

No quiero que extrañas se cuelen

las sombras por nadie invitadas

e impidan que reinen airosas,

soleadas mañanas de recreo y juegos,

de gritos y rezos.

Quiero que a silente calma,

la reemplacen voces de niños leyendo,

de sabios maestros enseñando el verbo,

de juegos de infantes, de cantos y versos.

En esta fecha triste que hará la memoria,

se cerró un colegio, se truncó su historia.

Un destino oscuro clausuró su puerta,

sus patios, sus aulas, el jardín, la huerta.

Se marchó la risa de inocentes niños,

los maestros tristes del aula se fueron,

y sin la esperanza de volver un día

la casa muy sola se quedó en la calma.

Silencio,

Que nadie perturbe el silencio

de este día por siempre presente.

DIANA DE LOS ÁNGELES TORRES DE OSPINA

Bogotá, noviembre 16 de 2005